El término feminicidio se conoce en el país desde mediados de los años ochenta cuando el Movimiento Social de Mujeres comenzó a utilizarlo. Tras la realización del primer estudio sobre el feminicidio en la República Dominicana, a partir de una consulta en el país y con algunas de las feministas de la región, se optó por mantener este neologismo y conceptualizarlo como los asesinatos de mujeres por razones de género.
Se considera feminicidio como la forma extrema de la violencia contra las mujeres. A su vez esta forma de violencia la entendemos como específica, y derivada, tal como plantea la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, de “las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres”. Esta definición recoge el concepto femicide de D. Russell y J. Radford, y en Centroamérica se comenzó a emplear en investigaciones, en particular en Feminicidio en Costa Rica 1990-1999.
Se considera feminicidio como la forma extrema de la violencia contra las mujeres. A su vez esta forma de violencia la entendemos como específica, y derivada, tal como plantea la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, de “las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres”. Esta definición recoge el concepto femicide de D. Russell y J. Radford, y en Centroamérica se comenzó a emplear en investigaciones, en particular en Feminicidio en Costa Rica 1990-1999.
Causas
En 2003 encontramos 14 feminicidios en los que la causa atribuida se reporta como “motivos pasionales” siendo éste el único dato del que se dispone sobre una posible relación entre el feminicida y la víctima. En 2006 se identifican 30 feminicidios con esta misma característica. A estos hay que añadir aquellos ejecutados por parejas y exparejas, novios y exnovios y acosadores sexuales,
todos ellos, incluidos en las cifras oficiales y en el imaginario colectivo como “pasionales”.
El simple hecho de considerar “los motivos pasionales” como una posible causa de un asesinato constituye una legitimación de este. El mismo término justifica el ejercicio de la violencia, como si el apasionamiento fuera un elemento natural inherente a los hombres que nada pueden hacer para evitar los instintos asesinos.
Los llamados motivos “pasionales” siempre se relacionan con el ejercicio del control sexual de los hombres sobre las mujeres. Ya sea que argumenten los celos o los amores no correspondidos, en definitiva, estos feminicidas son hombres que no aceptan que la mujer que consideran suya decida sobre su propia vida.
En 2003 encontramos 14 feminicidios en los que la causa atribuida se reporta como “motivos pasionales” siendo éste el único dato del que se dispone sobre una posible relación entre el feminicida y la víctima. En 2006 se identifican 30 feminicidios con esta misma característica. A estos hay que añadir aquellos ejecutados por parejas y exparejas, novios y exnovios y acosadores sexuales,
todos ellos, incluidos en las cifras oficiales y en el imaginario colectivo como “pasionales”.
El simple hecho de considerar “los motivos pasionales” como una posible causa de un asesinato constituye una legitimación de este. El mismo término justifica el ejercicio de la violencia, como si el apasionamiento fuera un elemento natural inherente a los hombres que nada pueden hacer para evitar los instintos asesinos.
Los llamados motivos “pasionales” siempre se relacionan con el ejercicio del control sexual de los hombres sobre las mujeres. Ya sea que argumenten los celos o los amores no correspondidos, en definitiva, estos feminicidas son hombres que no aceptan que la mujer que consideran suya decida sobre su propia vida.
Consecuencias:
Consecuencias para la salud.
La violencia contra la mujer.
La violencia contra la mujer.
La niña, y demás miembros de la sociedad, aumentan su riesgo de mala salud. Un número cada vez mayor de estudios que exploran la violencia y la salud informan sistemáticamente sobre los efectos negativos. La verdadera medida de las consecuencias es difícil de evaluar, sin embargo, porque los registros médicos carecen generalmente de detalles vitales en cuanto a las causas violentas de las lesiones o la mala salud.
Las consecuencias de la violencia contra la mujer pueden no ser mortales y adoptar la forma de lesiones físicas, desde cortes menores y equimosis (golpes, moretones) a discapacidad crónica o problemas de salud mental. También pueden ser mortales; ya sea por homicidio intencional, por muerte como resultado de lesiones permanentes o SIDA, o debido a suicidio, usado como último recurso para escapar a la violencia. En esta carpeta de información, Consecuencias para la salud de la violencia contra la mujer y la niña, se explora el tema en más profundidad.
La violencia trae dos tipos de consecuencias: Físicas y Psicológicas.
b) Consecuencias físicas.
c) Homicidio.
Numerosos estudios informan que la mayoría de las mujeres que mueren de homicidio son asesinadas por su compañero actual o anterior.
En las culturas en que se practica la costumbre de la dote (bienes que aporta la mujer al matrimonio o que dan a los esposos sus padres o terceras personas, en vista de su matrimonio), esta puede ser mortal para la mujer cuyos padres no pueden satisfacer las demandas de regalos o dinero. La violencia que comienza con
Las consecuencias de la violencia contra la mujer pueden no ser mortales y adoptar la forma de lesiones físicas, desde cortes menores y equimosis (golpes, moretones) a discapacidad crónica o problemas de salud mental. También pueden ser mortales; ya sea por homicidio intencional, por muerte como resultado de lesiones permanentes o SIDA, o debido a suicidio, usado como último recurso para escapar a la violencia. En esta carpeta de información, Consecuencias para la salud de la violencia contra la mujer y la niña, se explora el tema en más profundidad.
La violencia trae dos tipos de consecuencias: Físicas y Psicológicas.
b) Consecuencias físicas.
c) Homicidio.
Numerosos estudios informan que la mayoría de las mujeres que mueren de homicidio son asesinadas por su compañero actual o anterior.
En las culturas en que se practica la costumbre de la dote (bienes que aporta la mujer al matrimonio o que dan a los esposos sus padres o terceras personas, en vista de su matrimonio), esta puede ser mortal para la mujer cuyos padres no pueden satisfacer las demandas de regalos o dinero. La violencia que comienza con
amenazas puede terminar en "suicidio" forzado, muerte por lesiones u homicidio.
d) Lesiones graves.
Las lesiones sufridas por las mujeres debido al maltrato físico y sexual pueden ser sumamente graves. Muchos incidentes de agresión dan lugar a lesiones que pueden variar desde equimosis (golpes y moretones) a fracturas hasta discapacidades crónicas. Un alto porcentaje de las lesiones requiere tratamiento médico.
e) Lesiones durante el embarazo.
Las investigaciones recientes han identificado a la violencia durante el embarazo como un riesgo a la salud tanto de la madre como del feto no nacido. Las investigaciones sobre este rubro han indicado mayores niveles de diversas condiciones.
f) Lesiones a los niños.
Los niños en las familias violentas pueden también ser víctimas de maltrato. Con frecuencia, los niños se lastiman mientras tratan de defender a sus madres.
g) Embarazo no deseado y a temprana edad.
La violencia contra la mujer puede producir un embarazo no deseado, ya sea por violación o al afectar la capacidad de la mujer de negociar el uso de métodos anticonceptivos. Por ejemplo, algunas mujeres pueden tener miedo de plantear el uso de métodos anticonceptivos con sus parejas por temor de ser golpeadas o abandonadas.
Los adolescentes que son maltratados o que han sido maltratados como niños, tienen menos probabilidad de desarrollar un sentido de autoestima y pertenencia que los que no han experimentado maltrato.
Tienen mayor probabilidad de descuidarse e incurrir en comportamientos arriesgados como tener relaciones
d) Lesiones graves.
Las lesiones sufridas por las mujeres debido al maltrato físico y sexual pueden ser sumamente graves. Muchos incidentes de agresión dan lugar a lesiones que pueden variar desde equimosis (golpes y moretones) a fracturas hasta discapacidades crónicas. Un alto porcentaje de las lesiones requiere tratamiento médico.
e) Lesiones durante el embarazo.
Las investigaciones recientes han identificado a la violencia durante el embarazo como un riesgo a la salud tanto de la madre como del feto no nacido. Las investigaciones sobre este rubro han indicado mayores niveles de diversas condiciones.
f) Lesiones a los niños.
Los niños en las familias violentas pueden también ser víctimas de maltrato. Con frecuencia, los niños se lastiman mientras tratan de defender a sus madres.
g) Embarazo no deseado y a temprana edad.
La violencia contra la mujer puede producir un embarazo no deseado, ya sea por violación o al afectar la capacidad de la mujer de negociar el uso de métodos anticonceptivos. Por ejemplo, algunas mujeres pueden tener miedo de plantear el uso de métodos anticonceptivos con sus parejas por temor de ser golpeadas o abandonadas.
Los adolescentes que son maltratados o que han sido maltratados como niños, tienen menos probabilidad de desarrollar un sentido de autoestima y pertenencia que los que no han experimentado maltrato.
Tienen mayor probabilidad de descuidarse e incurrir en comportamientos arriesgados como tener relaciones
sexuales en forma temprana o sin protección. Un número creciente de estudios indica que las niñas que son maltratadas sexualmente durante la niñez tienen un riesgo mucho mayor de embarazo no deseado durante la adolescencia.
Bibliografía
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